Esta semana se conoció que antes de finalizar septiembre, se hará pública la decisión de la Organización Mundial del Comercio - OMC - frente al caso de subsidios prohibidos otorgados por la Unión Europea a la emblemática fabricante de aviones Airbus. Esta reclamación fue presentada por EE.UU. ante la OMC en 2004, solicitando autorización para adoptar medidas compensatorias por prácticas desleales del bloque europeo.
En este caso, EE.UU. logró demostrar que la U.E. ha favorecido a Airbus con préstamos subsidiados estimados en US$22.000 millones y que han significado beneficios económicos por más de US $200.000 millones.
Aunque aún no hay un pronunciamiento oficial, se sabe que la Oficina de Representación Comercial de EE.UU. - Ustr por sus siglas en inglés - ya cuenta con una lista de productos sobre los cuáles se aplicarán nuevas tarifas arancelarias, que golpearán a Airbus con aranceles a aeronaves y sus partes, pero también a las exportaciones tradicionales europeas como el aceite de oliva, los vinos, la pasta y los quesos entre otros. No obstante, una parte del sector agroindustrial de los Estados Unidos ha solicitado que sus productos sean excluidos, pues se trata de insumos clave en las cadenas globales de valor entre las dos regiones.
El CCO de Airbus, Christian Scherer considera que las medidas no beneficiarán a la industria aeronáutica estadounidense. Dice Scherer que Airbus obtiene 40% de sus componentes en EE.UU. Una imposición de aranceles tendría un efecto disruptivo en la cadena de abastecimiento que califica de “muy, muy violento”.
En el otro frente de batalla, se encuentra aún en evaluación por parte de la OMC, una reclamación de la U.E. aduciendo una distorsión del comercio generada por subsidios de EE.UU. a Boeing. Este caso se llevó al Órgano de Solución de Diferencias, cerca de seis meses después de la primera demanda. Todo parece indicar que en esta disputa se le dará la razón al bloque europeo y se le autorizará la adopción de medidas compensatorias.
Lo cierto es que, ninguna de las partes ha demostrado un interés real en cumplir los acuerdos de la OMC que limitan los subsidios y las ayudas directas de los gobiernos, ya que se trata de una industria estratégica, en donde Airbus y Boeing son los grandes jugadores del mercado, al tiempo que impulsan nuevos desarrollos científicos. No puede perderse de vista además, que en medio de la guerra comercial y tecnológica que libra EE.UU con China, la industria de aeronaves adquiere mayor importancia, por ser un indicador de liderazgo económico, militar y tecnológico.
Por lo pronto, la disputa de estos dos gigantes de la aviación, Boeing y Airbus no da signos de estar próxima a terminar pues son empresas insignia de Estados Unidos y la Unión Europea respectivamente. Sin embargo, mientras las dos compañías hoy se disputan el mercado, la Corporación Comercial de Aviones de China - Comac por sus siglas en inglés - continúa desarrollando sus dos primeras aeronaves. Se espera que para 2021 lance su primer avión pequeño de pasajeros, el Comac C919 y un avión de pasajeros de grandes dimensiones, el Comac C929, en 2026.
Sin duda el desarrollo de esta industria en China, ya comienza a ser monitoreada muy de cerca por los Estados Unidos, anticipándose a un nuevo capítulo de la guerra comercial que se libra actualmente con el gigante asiático.
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