Se trataba del signo ‘Don Ramón, más que un burro’ con el que se pretendía identificar restaurantes, entre otros servicios
16 de julio de 2020Sin duda, el Chavo del Ocho marcó la infancia de varias generaciones y dejó a un sin número de fanáticos que hoy en día continúan en ascenso, ya que casi 50 años después de que se emitiera su primer capítulo la serie sigue presente en la televisión.
En esta oportunidad, Roberto Gómez Fernández, como heredero universal de los bienes y derechos de Roberto Gómez Bolaños, y titular de los derechos patrimoniales de la obra El Chavo del Ocho, se presentó ante la Superindustria para impedir un registro de marca.
Se trataba del signo ‘Don Ramón, más que un burro’, que había sido solicitado por una sociedad del mismo nombre, y con el que se pretendía identificar restaurantes, entre otros servicios de la clase 43 de Niza.
Sin embargo, Gómez señaló que el signo solicitado claramente reproducía a uno de los personajes de la serie, cuyo manual de identidad de marca se encontraba registrado en la Dirección Nacional de Derechos de Autor.
El opositor señaló que dentro de la obra se hablaba de “la vecindad” que es el escenario en que se desarrolla la historia de la serie y conviven los diferentes personajes. Entre estos, Don Ramón.
“Alejandra María Vélez Arias, quien es la representante legal de la sociedad Don Ramón más que un burro S.A.S tiene pleno conocimiento de la existencia de registro de la marca La vecindad y de los derechos patrimoniales de Roberto Gómez Fernández”, añadió la oposición.
Finalmente, señaló que la representante de ‘Don Ramón, más que un burro’ había solicitado otro registro idéntico en 2016 para identificar servicios de la clase 43, pero esa también había sido negada.
“El uso de dicha marca y la solicitud de registro presentada bajo expediente, con el previo conocimiento señalado, pueden ser constitutivos de actos de competencia desleal”, concluyó la opositora.
Por su parte, la solicitante señaló que su marca contaba con la expresión descriptiva “más que un burro”, además de tener un pimentón en su elemento gráfico, que la oposición no tenía, razones por las que los signos no eran similares.
Por su parte, la SIC determinó que era posible establecer indicios razonables de que el solicitante de la marca sabía del reconocimiento de la obra El Chavo del Ocho y de sus personajes, entre esos, Don Ramón y que con su registro se podría causar un perjuicio a un competidor del mercado. De este modo, al incurrir en una de las causales de irregistrabilidad se le negó el registro y se declaró fundada la oposición de Roberto Gómez.
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