El Gobierno busca tramitar una serie de reformas sociales, entre las cuales se encuentra la laboral, la cual genera algunas inquietudes y preocupaciones en el empresariado colombiano. En este artículo encontrará algunas recomendaciones sobre las estrategias que resulta conveniente tener en cuenta frente a esta iniciativa.
Es una realidad que el régimen laboral colombiano requiere ser reformado, considerando que se cuenta con el mismo sistema jurídico que regula las relaciones laborales desde hace más de 70 años y se requiere uno que se adapte a las necesidades actuales del país. En este sentido, sería clave avanzar en la construcción de una reforma laboral que procure una estructura segura y sostenible en el tiempo y que genere un equilibrio entre lo económico y social.
Entre las propuestas que incluye el proyecto de la reforma laboral se encuentran: modificar el inicio de la jornada nocturna a las 7:00 p.m. (hoy en día, es a las 9:00 p.m.)., incrementar los recargos por trabajo en domingos y festivos hasta un 100% en 2027, limitar la duración de los contratos a término fijo a cuatro años, que los contratos de aprendizaje pasen a ser contratos de trabajo con su respectiva carga prestacional y la ampliación de la licencia de paternidad a cuatro semanas en 2026, entre otros.
Algunas de estas iniciativas podrían aumentar los costos laborales, especialmente para los micronegocios, y podrían debilitar la Tasa Global de Participación, es decir la relación porcentual entre la población económicamente activa y la población en edad de trabajar, como se señala en el informe “Diagnóstico macro: impacto de la reforma laboral”, publicado por Deloitte en febrero de 2025.
“Análisis econométricos realizados por Deloitte sugieren que un aumento del 8.0% en los costos laborales incrementarían la tasa de desempleo en 108 puntos básicos, mientras que un incremento real del 5% en el salario mínimo elevaría la tasa de variación anual de la informalidad en 3.5 puntos básicos”, destaca en uno de sus apartes el documento.
Dicho informe contextualiza el mercado laboral colombiano a partir de cifras publicadas por el DANE, junto con las de la Organización Internacional del Trabajo, las cuales sirven para entender el potencial impacto de la reforma laboral y del incremento en el salario mínimo en el empleo y la informalidad.
Potenciales impactos de la reforma laboral
Vale la pena resaltar también algunos planteamientos a propósito de los próximos debates:
• El incremento progresivo de los recargos diurnos y nocturnos, así como del trabajo dominical, podría afectar la reactivación de la economía.
• A su vez, el aumento en los costos laborales podría influir en la generación de empleo, en la competitividad de las empresas y, en consecuencia, en la reducción del consumo. Teniendo en cuenta que, a mayores costos laborales, menor inversión empresarial y, por ende, menor creación de empresas y empleo.
• Las compañías que podrían resultar más afectadas con estas medidas serían la pequeña y la mediana empresa, las cuales no cuentan con el músculo financiero para contrarrestar los potenciales impactos que se podrían ocasionar.
• Otro aspecto relevante para tener en cuenta es revisar y analizar las cifras, así como el sustento de las solicitudes de cierre de empresas y de despidos colectivos elevados ante el Ministerio de Trabajo, con el fin de definir la conveniencia de crear costos adicionales a los ya existentes para las empresas.
Estrategias pertinentes para las empresas
Considerando lo anterior y, a pesar del hecho de que hacen falta algunos debates, sería útil y oportuno que las empresas revisen algunas de las siguientes estrategias:
• Realizar estudios con expertos para determinar si se cuenta con una planta de personal adecuada o si se necesita un proceso de optimización interna para lograr eficiencias operativas.
• Evaluar si es necesario invertir en procesos de automatización y tecnología.
• Revisar los esquemas de compensación y beneficios para determinar si es viable alguna modificación, en los que se respeten los derechos adquiridos y el bienestar de los trabajadores.
• Implementar estructuras de trabajo flexibles para reducir los costos operativos.
• Invertir en estrategias que conduzcan a mejorar la productividad, lo cual requiere capacitación del personal.
• Negociar acuerdos colectivos que sean sostenibles financieramente y que permitan la flexibilidad que requiere la organización sin comprometer las condiciones laborales.
En conclusión, aprovechar que aún estamos en trámite legislativo para revisar procesos internos, apuntando a organizaciones más eficientes y productivas que puedan estar preparadas frente a los impactos mencionados.
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