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OPINIÓN

Drones: algunas recomendaciones esenciales

28 de noviembre de 2024

Jairo Fierro Garzón

Ari Consulting Group – Socio
Canal de noticias de Asuntos Legales

Como docente en regulación de aeronaves no tripuladas (UAS, comúnmente conocidas como drones), he identificado una gran oportunidad para fortalecer el conocimiento sobre la normativa aplicable en Colombia. Promover una comprensión clara de estas regulaciones no solo beneficia a los usuarios, sino también a las empresas que contratan servicios relacionados.

Hoy quiero compartir algunos consejos prácticos que faciliten la comprensión y difusión de la normativa contenida en los Reglamentos Aeronáuticos de Colombia (RAC), específicamente en su Parte 100, con el objetivo de promover un uso más seguro y responsable de estas aeronaves.
Sea lo primero señalar que, al adquirir y antes de operar un dron en Colombia, es obligatorio registrarlo ante la Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil (UAEAC) si su peso es igual o superior a 200 gramos.

Este procedimiento es sencillo, y la Autoridad Aeronáutica pone a disposición en su página web todas las herramientas necesarias para realizar el registro de forma fácil y eficiente. Cabe destacar que este trámite es completamente gratuito.

Por otra parte, es necesario identificar la categoría en la que se desea operar. Los RAC, en su parte 100, establecen las siguientes: la categoría abierta, destinada a usos recreativos y sin fines de lucro, está limitada por restricciones de peso, hasta máximo 25 kilogramos. Por otro lado, la categoría específica abarca operaciones comerciales de cualquier peso hasta los 250 kilogramos, operaciones las cuales requieren una autorización de vuelo emitida por la Autoridad Aeronáutica y que el piloto cuente con un certificado de idoneidad expedido por dicha entidad.

Finalmente, la categoría certificada, diseñada para operaciones similares a las de la aviación tripulada, aún no ha sido autorizada en el país, ya que está sujeta a desarrollos normativos internacionales.

En cuanto a las responsabilidades de los operadores y/o pilotos de drones, es fundamental realizar una verificación exhaustiva de las condiciones del entorno antes de cada vuelo. Esto implica evaluar el espacio aéreo para identificar posibles restricciones, analizar las condiciones climáticas para prevenir riesgos asociados con vientos fuertes o lluvias, y detectar cualquier peligro cercano que pueda comprometer la seguridad de la operación.

Entre las principales medidas de seguridad que deben observarse se encuentran: no volar a menos de 30 metros de personas no involucradas en la operación, mantenerse por debajo de los 400 pies (122 metros) sobre el terreno y evitar zonas restringidas, como aeropuertos o áreas de alta densidad urbana.

En este mismo sentido, es imprescindible operar la aeronave conforme a las especificaciones del fabricante. Esto incluye realizar una inspección previa para verificar que todos los sistemas del dron estén en condiciones óptimas y, no menos importante, respetar las normativas relacionadas con el derecho a la intimidad, evitando capturar imágenes o datos sin la debida autorización.

Asimismo, es crucial asegurarse de que el dron cuente con suficiente autonomía para completar el vuelo de manera segura. Según las recomendaciones, el tiempo de vuelo no debe superar el 80 % de la autonomía indicada por el fabricante, con el objetivo de prevenir situaciones críticas derivadas de la falta de batería. Esta práctica es esencial para evitar interrupciones inesperadas que podrían poner en riesgo tanto el equipo como las personas cercanas. El uso responsable de estas aeronaves exige conocimiento, normas y compromiso con la seguridad.

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