Los productos alimenticios de origen vegetal - “plant based”- se han consolidado en la industria de alimentos en los últimos años debido al incremento de dietas veganas y vegetarianas. Lo anterior, se podría atribuir a la responsabilidad que le hemos otorgado a los productos que consumimos. Nos cuestionamos su origen, de dónde provienen, la trazabilidad de su producción y sus beneficios. Por ende, la industria de alimentos ha invertido recursos e investigación con el fin de consolidar productos sostenibles y confiables de origen vegetal en el mercado.
La protección a través de un registro de patente se convierte fundamental, toda vez que, al tratarse de productos alimenticios de alta demanda como, por ejemplo, las hamburguesas de origen vegetal, el queso a base de almendras, productos análogos a partir de proteínas vegetales que logran la textura de las claras de huevo, entre otros, están propensos a ser copiados e imitados por terceros. El derecho de patente logra que estos productos tengan un factor diferenciador en el mercado, facilitando su negociación frente terceros competidores, limitando su uso a la competencia, y adicionalmente, pueden recibir beneficios económicos como regalías.
La Decisión 486 de 2000 de la Comisión de la Comunidad Andina, establece que las plantas y los vegetales no son de materia patentable. Sin embargo, las invenciones referidas a productos a base de plantas y vegetales, sus análogos y procedimientos sí lo son, siempre y cuando cumplan con los requisitos para su patentabilidad: novedad, nivel inventivo y aplicación industrial.
La industria de alimentos invierte recursos en investigación, ingenio y en el desarrollo de productos que simulan ser de origen animal, pero que provienen de plantas con el fin de expandir su mercado y comercialización a nivel mundial. Al expandir su mercado con una variedad de productos novedosos implica que habrá diferentes alternativas de productos de origen vegetal para quienes llevan una dieta a base de plantas y para los que no. Por el proceso de su elaboración y sus componentes, estos productos pueden ser susceptibles de protección a través del derecho de patente el cual genera un valor agregado al producto protegido generando un factor sobresaliente para el consumidor al momento de elegirlo y a su vez protegerlo de la competencia, limitando su uso y comercialización, fomentando que ese mercado se convierta en un espacio competitivo.
Las alternativas de origen vegetal aún enfrentan retos desafiantes, principalmente por lograr obtener el sabor ideal, y la disponibilidad en el mercado. Sin embargo, la innovación de estos productos hace parte de un mercado en desarrollo que está creciendo a pasos agigantados. Se espera que posiblemente los consumidores perciban estas innovaciones tecnológicas y científicas como el futuro de los alimentos, al proponer alternativas de productos que consumimos usualmente. Por lo anterior, para los intervinientes de un mercado naciente y competitivo, se convierte en indispensable proteger sus innovaciones, desarrollos y procedimientos con el fin de obtener los beneficios mencionados que otorga el derecho de patente en el mercado de alimentos.
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