El comercio electrónico transfronterizo, definido por la Unctad como la venta de bienes y servicios a compradores internacionales a través de Internet, se ha convertido en un canal de distribución crucial que ha abierto las puertas a la internacionalización de pequeñas y medianas empresas. Este modelo ofrece la oportunidad de alcanzar nuevos consumidores y mercados a un costo relativamente bajo, democratizando el acceso al comercio internacional para empresas de diversos tamaños y sectores.
Sin embargo, detrás de esta aparente simplicidad, existen aspectos críticos que muchos empresarios desconocen y que, aunque invisibles en la operación cotidiana, no pueden ser ignorados. Estos elementos subyacentes son fundamentales para el éxito y la legalidad de las operaciones de comercio electrónico transfronterizo, y requieren una atención cuidadosa por parte de las empresas que buscan expandirse internacionalmente a través de este medio.
Entre estos aspectos cruciales se encuentran la gestión de cumplimiento necesaria para cada operación, los controles aduaneros que deben superarse, y los requisitos específicos de acceso a cada mercado objetivo. Estos factores, aunque menos visibles que las transacciones en línea en sí, son igualmente importantes para garantizar operaciones transfronterizas fluidas y conformes con las regulaciones internacionales.
Las discusiones sobre valoración y los umbrales de minimis son temas cruciales en el comercio electrónico transfronterizo. Esta tendencia global de ajuste normativo se evidencia claramente en la Unión Europea, donde desde 2021 se han implementado nuevas regulaciones que eliminan las exenciones para las importaciones menores a 22 euros (US$24) y establecen nuevos procedimientos simplificados para mercancías con un valor de hasta 150 euros (US$167).
Recientemente, Turquía ha seguido una línea similar con la entrada en vigor de nuevos cambios normativos de cumplimiento aduanero. Estas medidas incluyen la reducción del umbral para operaciones de comercio electrónico de 150 (US$167) a 30 euros (US$33), el aumento de los aranceles aduaneros y la introducción de impuestos adicionales. Como consecuencia, empresas como Nike se han visto obligadas a frenar su distribución de ventas por este medio. Estas acciones buscan abordar el impacto del comercio electrónico internacional en las empresas turcas.
Por su parte, en EE.UU. este mismo umbral es de US$800, mientras que en Colombia es de US$200. Estas diferencias reflejan los distintos enfoques para equilibrar la facilitación del comercio electrónico con la protección de intereses económicos nacionales y la recaudación fiscal. Cada país busca su propio balance en este aspecto.
La evolución del e-commerce transfronterizo exige adaptar las normas colombianas. Aunque las reglas actuales se enfocan en tráfico postal, se necesita un enfoque más amplio. Los cambios deben equilibrar fiscalización y agilidad, aclarar normas de zona franca y considerar nuevos modelos de negocio. Es crucial revisar umbrales de minimis y procedimientos simplificados, como en la UE y Turquía. La transparencia permitirá a empresarios aprovechar oportunidades del comercio electrónico internacional. El objetivo es crear un marco regulatorio que fomente innovación y crecimiento, alineado con tendencias globales, sin descuidar control y recaudación fiscal.
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