Andrés Charria
Hace poco recibí un libro titulado Béisbol y Derecho donde se comenta a profundidad todo el entorno jurídico de este deporte que lleva más de 100 años como el pasatiempo americano. Fallos de la Corte Suprema Americana sobre el monopolio de los clubes, el régimen de transferencia, el manejo contractual que hasta hace relativamente se les daba a los jugadores que eran propiedad de los clubes; temas novedosos como apuestas y balance competitivo. Lo más importante de esta actividad, indica el texto, es la convención colectiva que rige la totalidad del béisbol profesional. Salarios, contratos, transferencias, control al dopaje, lesiones entre otras son tratadas de manera detallada en este acuerdo entre deportistas y dueños de equipos, representados por un comisionado.
En el fútbol hay una especie de sindicato global, Fifpro que aglutina a entidades que intentan representar a los jugadores profesionales de cada Federación Nacional, tal vez, el más conocido en Latinoamérica es el sindicato argentino, Futbolistas Argentinos Agremiados, organización creada en 1949 y que hoy en día maneja aspectos importantes para jugadores y exjugadores, temas de salud y pensiones de deportistas activos y retirados, plasmados en una convención colectiva de 2009 que parece no será modificada a pesar de los cambios cada vez más dramáticos del fútbol profesional a todo nivel.
En Colombia desde hace más de diez años Acolfutpro ha intentado aglutinar a los jugadores y ha mejorado la situación de estos profesionales, que eran menospreciados por los dirigentes y sus derechos eran vulnerados de manera permanente.
Muchas de estas organizaciones empiezan a tener los mismos vicios de las federaciones a las que se enfrentan; la perpetuación y personalización de sus dirigentes máximos y por supuesto, escándalos con mucho dinero de por medio. Hace mucho tiempo que no hay un jugador en activo que dirija un sindicato importante de jugadores. Adicionalmente, son sindicatos masculinos y el intento de las mujeres de formar parte de estas organizaciones se ha visto obstaculizado por la dirigencia sindical masculina; de manera que las mujeres tienen que luchar para formar parte del fútbol organizado y de los sindicatos de futbolistas, a tal punto que se está pensando en hacer un sindicato femenino de fútbol.
El fútbol requiere un tratamiento laboral especial, no soy de la teoría de esperar a que el Congreso resuelva esta situación; esta actividad altamente mediática es un banquete para politiqueros que seguramente harían un adefesio como muchos a los que estamos (mal) acostumbrados. Es preferible una convención colectiva que atienda a las necesidades específicas (como alegremente dice Fifa y su camarilla, la especificidad del deporte) del fútbol y moldee una relación jugador profesional de fútbol - club adecuada.
En Colombia, las condiciones objetivas están; tensión entre empleadores y trabajadores; una actividad altamente especializada y unas características que la alejan de las reguladas por el código sustantivo del trabajo. El problema está en la aversión de las dos partes a sentarse a negociar; es mucho más interesante hacer ruedas de prensa, fotos y gritar ante las cámaras de televisión que intentar, mediante autocomposición un acuerdo que beneficie a las partes y sobre todo a una actividad como el fútbol profesional. Temas como contrato único, comisiones disciplinarias paritarias, calendarios y muchos otros que le sirven al fútbol deberían ser tratados. ¿Será que en algún momento se logrará?
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