En Colombia existe un gran porcentaje de empresas familiares que día a día aportan al producto interno bruto de nuestro país, las generaciones toman las riendas de estas sociedades presentando cambios en la estrategia y administración al interior de los órganos de decisión, tales como la Junta directiva, gerencia, asamblea de accionistas y/o consejo familiar.
Las empresas no están exentas de tener algún tipo de conflicto interno, las familias no están exentas de tener algún conflicto familiar; es por ello que, la combinación empresa-familia en algunas ocasiones conlleva a un desgaste y un aprieto en las relaciones internas de todo aquel que haga parte de la organización. Si bien es cierto, no todas las empresas familiares presentan inconvenientes, es común que, con el paso de los años y el crecimiento de estas, se deriven cambios generacionales que propendan a germinar escenarios de difícil manejo.
El gobierno corporativo en las empresas familiares y la gestión patrimonial comienzan a abrirse un espacio trascendental para que las personas que la integran puedan concebir un lineamiento que trace una línea continua y coherente entre los intereses y los valores con los que cuenta cada individuo al interior de la organización. La estructuración de un gobierno corporativo que tenga reglas claras y concisas desde el comienzo evita circunstancias bochornosas que podrían llegar a derivar en un litigio entre los familiares o integrantes de la sociedad.
Uno de los riesgos tangibles en las sociedades familiares es la confusión que se presenta entre el patrimonio familiar y el patrimonio de la empresa, esto se encuentra alineado con la toma de decisiones al interior de la empresa, ya que estas pueden afectar de manera sustancial el patrimonio familiar y viceversa. De ahí deriva la importancia de la claridad y coherencia que deben tener los integrantes de la familia y de la sociedad para que esta relación fluya de modo armónico.
En la práctica se encuentran diferentes mecanismos para proteger los intereses de la familia, en su máximo esplendor podemos encontrar los acuerdos de accionistas, el protocolo de familia, la declaración familiar, incluso los mismos estatutos. Estos mecanismos buscan, de manera consciente, articular los intereses familiares de tal forma que las dos organizaciones puedan perpetuar su sostenibilidad económica.
Vale la pena aclarar que los mecanismos mencionados, deben ser elaborados con la máxima rigurosidad que amerita el documento, un error frecuente es pretender usar modelos o plantillas para la creación de los protocolos de familia, estatutos y/o acuerdos de accionistas. La construcción de manera consiente y responsable de este tipo de arreglos, sienta las bases para la construcción de una empresa o conglomerado solido que generación tras generación podrá tener una guía de lineamientos claros para el desarrollo de esta.
Además de las opciones indicadas anteriormente, también se cuentan con otros mecanismos para efectuar una planeación patrimonial que arrope todos los intereses de los involucrados, para ello es necesario revisar los tipos societarios y la estructura operacional de la compañía, ya que en muchas ocasiones se puede observar que el crecimiento de las sociedades familiares llega a un punto donde es ineludible revisar la organización y estructurar una nueva estrategia que pueda alinear los nuevos retos al interior de la sociedad familiar.
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