Cómo es que se debe lidiar con los vecinos ruidosos que habitan en el piso de arriba

La convivencia en la propiedad horizontal nunca será sencilla y los líos entre vecinos son el pan de cada día, lo que requiere de mucha tolerancia para solucionarlos. Pero a veces no es suficiente. Y es que, sobre todo, una de las cosas más difíciles sobre vivir en un departamento en la planta baja es lidiar con el ruido de un vecino en el piso superior.

La falta de cultura y educación de los propietarios y arrendatarios, el desconocimiento y anonimato de los vecinos y la falta de conciencia de los residentes, son algunos de los factores que dificultan la sana convivencia entre vecinos.

Hay que tener en cuenta que todos tenemos derecho a vivir en un ambiente tranquilo y seguro. Si los ruidos de los vecinos están afectando la calidad de vida, usted tiene derecho a tomar medidas para solucionar el problema. En términos generales, este tipo de situaciones se rigen por los reglamentos de propiedad horizontal o por el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana (Ley 1801/2016).

Sin importar si el ruido proviene de las actividades cotidianas (caminar en tacones y hablar) o si hacen fiestas y fines de semana y cualquier día, lo primero que debe tratar de hacer es conversar con el vecino para una solución de forma amigable. Afortunadamente, en muchos casos, esto ayuda a solucionar el problema, pero también hay medidas que puede adoptar si esto no funciona.

Si el hablar con el vecino y explicarle qué es lo que molesta no es la solución, el siguiente paso a seguir sería elevar la queja ante la administración que, en caso de que esté contemplado en los estatutos de la copropiedad y el manual de convivencia, podría imponer sanciones.

“Al vivir en un edificio o conjunto puede presentarse el caso ante el Comité de Convivencia, y si en cambio se vive en una casa, que no hace parte de una copropiedad, es posible acudir a la Junta de Acción Comunal del barrio, para que por medio de ellos se pueda conciliar y solucionar el problema", coinciden expertos en la materia.

Si el problema persiste es conveniente, entonces, llamar a la línea de emergencia 123 o la Policía Nacional del cuadrante, para que ellos solucionen el inconveniente.

Los agentes, si así lo consideran en el lugar de los hechos después de haber oído a las partes involucradas pueden poner imponer un comparendo. Sobre las sanciones, el Código de Policía contempla que “perturbar la tranquilidad de la comunidad con ruido, reuniones o fiestas” da lugar a una multa general de tipo tres, cuyo valor es equivalente a 16 salarios mínimos diarios legales vigentes.

Para 2024 las sancione quedaron así:

Multa tipo 2: 8 salarios mínimos diarios legales vigentes.
Multa tipo 3: 16 salarios mínimos diarios legales vigentes.
Multa tipo 4: 32 salarios mínimos diarios legales vigentes

Cabe recordar, además, que desde que entró en vigencia el nuevo Código de Policía los agentes tienen autorización para desactivar la fuente de ruido de fiestas, reuniones o eventos similares que generen molestias de impacto auditivo en el vecindario, así en la parte de arriba del edificio.

El código de Policía establece también, en su artículo 33, cuáles son esos comportamientos que afectan la tranquilidad y relaciones respetuosas de las personas y, por lo tanto, no deben efectuarse. En lo relacionado con lugares residenciales, se contemplan, además de fiestas y similares, “cualquier medio de producción de sonidos o dispositivos o accesorios o maquinaria que produzcan ruidos, desde bienes muebles o inmuebles (...) salvo sean originados en construcciones o reparaciones en horas permitidas”.

Sin embargo, para esos ruidos de los vecinos de arriba, debe tener en cuenta que:

Los vecinos de arriba tienen el derecho a disfrutar de su residencia, y el hecho de que pueda escucharlos podría no ser su culpa de ellos.

Vivir en un edificio con varios pisos significa que podría tener que aceptar cierto nivel de ruido durante las horas normales del día. Hay que encontrar un equilibrio, más que todo se debe tener en cuenta que los pisos no aislados o instalados inapropiadamente pueden ampliar los sonidos, lo que hará que los sonidos cotidianos (como caminar, cocinar o conversar) parezcan mucho más fuertes.