Terminan los olímpicos y tal vez uno de los tremas más interesantes que nos dejó Paris es el asunto del género. En la pelea de boxeo entre la argelina Imane Khelif y la italiana Ángela Carini en la categoría de 66 kilos, la italiana se retiró luego de recibir un golpazo. Dijo que no era justo, que con dos golpes que recibió apenas podía respirar.
El boxeo es un deporte en el que muchas veces la superioridad de uno de los peleadores es evidente, basta con mirar cualquiera de las 44 peleas que Mike Tyson ganó en el primer round, dos o tres golpes mucho más fuertes que los recibidos por la italiana, sin protección alguna dejaron a muchos rivales vía del hospital. La superioridad física de Tyson era clara, nadie se quejó de la situación y mucho menos alguno boxeador se retiró. Tyson era infinitamente superior.
En el caso de los olímpicos la argelina era tan superior que quiso, o al menos eso creo, la italiana esconder con un tema de género. Me pregunto ¿qué hubiera pasado si el resultado del combate hubiera sido desfavorable para Khelif? ¿Se habría generado la misma polémica? El boxeo no solo se gana con la contundencia de los golpes, tal vez el mejor boxeador de todos los tiempos ganó muchas peleas bailando en el ring y alejando a sus rivales que lo golpeaban de una manera muchísimo más fuerte.
El tema de género apenas empieza a surgir en el deporte, temas tan sencillos como camerinos y tan complejos como clasificación en femenino o masculino. En la actualidad no hay únicamente dos géneros, eso tiene que entenderlo el deporte y solucionarlo adecuadamente.
Cada vez aparecen más casos de deportistas con asuntos de género que apenas se resuelven, por la premura del tiempo o por querer ser políticamente correctos se toman decisiones a la ligera.
Lia Thomas en natación, Caster Semenya en Atletismo y ahora Imane Khelif en boxeo han abierto el debate de las deportistas trans y la igualdad, tan necesaria, en el deporte. Me parece que falta conocimiento; hasta hace relativamente poco tiempo no había discusión sobre el sexo de los atletas, simplemente por la presencia o ausencia de órganos genitales se era hombre o mujer. Hasta 1968 se hacía verificación visual de los deportistas, mujeres, método invasivo e incómodo que se fue modificando para hacer exámenes menos invasivos y aparentemente más precisos.
No hay un enfoque que no esté libre de prejuicios, la inclusión implica benevolencia en algunos casos, lo políticamente correcto invade todos los terrenos y para no quedar mal con aquellas personas que parecen ser vulnerables se les da beneficios especiales como el caso de Lia Thomas que quedó empatada con otra mujer, pero por su condición de trans se le declaró ganadora.
La sola superioridad física no puede ser el factor para retirar algunas personas de la competencia, ya se habló de Tyson, pero a nadie se le ha ocurrido indicar que un futbolista de 1.70 metros y apenas 72 kilos pueda competir de igual a igual con uno de con uno de 1.95 metros y 95 kilos. Messi y Yerry mina se han enfrentado y nadie ha intentado defender al argentino frente al monumental colombiano.
Repito, falta conocimiento, entender las diferencias e intentar aclarar la situación de muchas atletas. Se habla de cromosomas, de nivel de testosterona y de otros factores para clasificarlos. No tengo idea que irá a ocurrir lo que si es claro es que se debe analizar con cabeza fría con el propósito de mejorar el deporte y permitir que los deportistas compitan en igualdad de condiciones y los deportes respondan adecuadamente los temas de género y sexo.
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