La Ley 2101 entró en vigor el 15 de julio de 2021 para reducir la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales progresivamente hasta el año 2026, cuando se espera tener una reducción total de 6 horas a la jornada laboral actual. Esta modificación del artículo 161 del Código Sustantivo del trabajo establece la nueva duración máxima de la jornada ordinaria de trabajo a 42 horas a la semana.
La jornada laboral es el tiempo que cada trabajador dedica a la ejecución del trabajo por el cual ha sido contratado. Esta nueva ley ha generado incertidumbre en algunos sectores que creen que al disminuirse las horas de trabajo esto consecuentemente traerá una disminución en los salarios lo cual es incorrecto, ya que los ingresos que percibe cada trabajador seguirán siendo los mismos.
Esta controversia ha generado diferentes posturas tanto desde el punto de vista de empleadores como trabajadores, unos a favor y otros en contra antes de su implementación total. Fuera de Colombia otros países y universidades del mundo ya han tenido la posibilidad de estudiar esta nueva tendencia, por ejemplo, la Universidad de Salford de Reino Unido muestra por medio de uno de estos estudios que al reducirse la jornada laboral los trabajadores experimentan una mayor sensación de libertad y control con respecto a sus vidas, lo que se traduce en mayor bienestar o calidad de vida para quienes trabajan jornadas entre 40 y 42 horas.
¿Cómo se implementará la reducción de esta jornada?
Se hará de forma gradual y se empezará a implementar desde el 15 de julio de 2023 y hasta el 15 de julio de 2026.
¿Será benéfico o perjudicial que se aplique esta reducción de horas?
Lo que se ha observado basado en la experiencia de otros países pioneros como Francia (que en 1999 redujo su jornada máxima a 35 horas) es que la productividad se incrementó, los trabajadores evidenciaron mayores niveles de felicidad, menores niveles de estrés y enfermedades ya que comparten más tiempo en familia y tienen más tiempo para sus vidas personales. El gobierno de Islandia, por medio del ayuntamiento de Reykjavík realizó pruebas de reducción de jornada laboral a 35 horas semanales en el año 2019 sin afectar los salarios. De esta prueba se pudo concluir que los trabajadores habían presentado menores niveles de estrés y ausentismo, reafirmando estas prácticas en los sectores público y privado del país hasta el día de hoy con una jornada reducida.
Otro ejemplo de estas políticas públicas es evidente en Maryland (Estados Unidos) donde se pasó de 40 a 32 horas sin cambiar los ingresos ni los beneficios laborales de los trabajadores. Alrededor del mundo estos cambios se están volviendo cada vez más comunes y a diferencia de lo que pueden llegar a pensar los empleadores se evidencia que al final es un “gana gana”, ya que este reduccionismo llevara a la optimización del trabajo, bajo una dedicación más que voluminosa efectiva en la optimización de un recurso preciado y no renovable: el tiempo.
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