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OPINIÓN

Prevenir para no lamentar

09 de noviembre de 2022

Santiago Bonivento

Profesor de derecho comercial, derecho de los negocios y derecho económico internacional - Pontificia Universidad Javeriana
Canal de noticias de Asuntos Legales

Hace algunos días, Asuntos Legales publicó el artículo Las mejores firmas nacionales para las startups de acuerdo con Leaders League, en el cual se presenta el ranking de los despachos jurídicos más recomendados para los emprendedores en Colombia, según el ranking Leaders League.

Mas allá del ranking y de felicitar a los colegas en este reconocidos, así como la importancia que reviste para el mercado mapear las tendencias y conocer las recomendaciones, el mensaje a transmitir es claro: el famoso dicho “vale mas prevenir que lamentar”, en este tipo de escenarios, cobra especial relevancia.

Tiende a pensarse que la asesoría jurídica está llamada a ser exclusivamente de empresas o sectores industriales con tradición y un capital para su inversión. Considero que es acepción que ha comenzado a mutar y que, a buena hora, los emprendedores están concibiendo la importancia que supone, desde el día uno, un acompañamiento jurídico-integral para su gestación, desarrollo y maduración.

El derecho suele concebirse muchas veces como una herramienta de última ratio, es decir, de última instancia a emplear. Muchas veces, claro, cuando el problema a ser solventado está ya al borde de acaecer o, peor aún, ya ha acaecido.

La planeación jurídico-estratégica de las startups, como he decidido llamar ese fenómeno, debe ser un asunto focal de los socios o de los inversionistas en un proyecto que divisa la generación de rentabilidad y valor dentro de X tiempo. Ello hará que la mitigación de problemas, a futuro, tienda a la baja o sean fácilmente mitigables, y, a su vez, que la tranquilidad de hacer las cosas acompañado se vea reflejado en la calidad de lo que se construye.

La planeación jurídico-estratégica debe ir más allá de concebir la simple necesidad de escribir unos estatutos, registrar una marca o tener una proforma estándar de contrato (para todo).

Cierro diciendo que no se trata, en sí, de la contratación expresa de un despacho jurídico, per se. Se trata de entender la necesidad y, sobre todo, las ventajas que supone tener una planeación más allá de lo obvio.

Nadie dijo que sería fácil y, de hecho, no lo es. Planear para prevenir y diseñar estratégicas para mitigar suele ser una fórmula que, tanto en la vida, como en los negocios, y mucho más cuando se trata de aquellos en fase de exploración o gestación, tiende a no fallar.

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