La utilización de derivados financieros en Colombia ha crecido exponencialmente, tanto en el mercado mostrador (over-the-counter) como en el mercado organizado. Este crecimiento ha producido que las instituciones financieras en Colombia incursionen, con sus clientes en Colombia, en un cada vez mayor número de instrumentos derivados, replicando las tendencias de mercados internacionales. Sin embargo, dentro de los instrumentos derivados, los derivados de crédito no han tenido protagonismo en el mercado colombiano, en alguna medida por las limitaciones regulatorias y en otra por el desconocimiento sobre el producto.
¿Qué son los derivados de crédito?
Los derivados son instrumentos financieros cuyo valor depende de uno o más subyacentes. En el caso de los derivados de crédito, el subyacente es el riesgo crediticio derivado de un activo. Para efectos de los derivados de crédito, quienes celebran este tipo de operaciones pueden estar expuestos o no al riesgo (diferencia con los seguros). En este sentido, los derivados de crédito pueden celebrarse con fines de cobertura y de especulación.
¿Qué es el riesgo crediticio?
De manera simple, el riesgo crediticio está representando en el riesgo de un potencial incumplimiento de las obligaciones respecto de un activo o de una relación contractual. Típicamente, y más para efectos de los derivados de crédito, el riesgo crediticio surge del impago de capital o intereses por parte de un deudor. Sin embargo, en el ámbito de los derivados de crédito, el riesgo crediticio también podrá ocasionarse por situaciones que puedan resultar desfavorables al acreedor, como el empeoramiento de la calificación, la reestructuración de la deuda, entre muchos otros.
¿Cuál es la utilidad de los derivados de crédito?
Los derivados de crédito posibilitan a los acreedores el manejo de su exposición al riesgo y permiten separar el riesgo de crédito de un activo, del activo en sí mismo. En este sentido, una entidad podrá seguir teniendo la propiedad sobre el activo y dejar de estar expuesta al riesgo de crédito inherente al activo, al tenerlo cubierto por un derivado de crédito. Así mismo, los derivados de crédito le permiten a entidades ajenas a una relación contractual o a un activo, asumir la exposición al riesgo y derivar ganancias del mismo.
¿Qué tipos de derivados de crédito existen?
Como con todos los derivados, los tipos de derivados de crédito son incontables y varían en función de las particularidades que negocien las partes. En todo caso, existen tipos de derivados de crédito recurrentes en el mercado y que por su nombre son fácilmente identificables, como los credit default swaps y total return swaps.
¿En qué consiste un credit default swap y un total return swap?
Los credit default swaps (CDS) son utilizados para la transferencia del riesgo crediticio surgido del incumplimiento de las condiciones pactadas en el activo. Como retorno por asumir el riesgo, quien contrata un CDS paga comisiones periódicas. Por el contrario, los total return swaps (TRS) son utilizados para la transferencia de cualquier riesgo asociado al activo y, por lo tanto, no solo el derivado de un incumplimiento (como en el caso de los CDS).
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