La COP16 estaba llamada a ser la cumbre de la implementación y desarrollo del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal, acordado en la pasada COP 15, orientado a frenar y revertir la pérdida de biodiversidad. Este Marco plantea 23 metas divididas en cuatro grandes objetivos, estableciendo como directrices la conservación del 30% de las áreas terrestres y marinas, la reducción de contaminantes y la restauración de ecosistemas, así como el respeto a los derechos de las comunidades indígenas.
Sin embargo, la reciente COP no logró un consenso para crear un fondo independiente de biodiversidad que le apuntara al logro de estos objetivos. La falta de acuerdo en la financiación resultó en el mismo compromiso voluntario de 20.000 millones anuales para 2025 y 30.000 para 2030, sin garantía de cumplimiento por parte de las naciones más ricas.
Dada esta situación, la Meta 15 del Marco se convierte en un eslabón clave para lograr revertir la pérdida de biodiversidad. Esta meta, establece la responsabilidad de las empresas de evaluar sus riesgos y dependencias de biodiversidad y comunicar estos impactos de manera transparente, buscando también crear modalidades de producción que integren la sostenibilidad como eje central.
Ante los resultados de la COP16, se presenta una oportunidad para que las empresas se conviertan en ejes transformadores. Como ha señalado el World Economic Forum, los líderes empresariales deben intensificar sus esfuerzos para acelerar la transición hacia una economía positiva para la naturaleza.
Las proyecciones indican que invertir en modelos de negocio que promuevan la sostenibilidad puede desbloquear 10,1 billones de dólares anuales en oportunidades y generar 395 millones de empleos hacia 2030. Esto podría lograrse mediante prácticas como la agricultura regenerativa y la gestión sostenible de bosques, ayudando a transformar los sistemas económicos de alimentos, infraestructura y energía, responsables de casi el 80% de la pérdida de biodiversidad.
Es crucial que el sector privado asuma un rol activo. Más de 400 empresas a nivel mundial, se han comprometido con el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza, tomando medidas para monitorear, comprometerse, y divulgar su impacto en la biodiversidad. Sin embargo, esto aún es insuficiente.
El Marco Mundial de Biodiversidad envía una señal clara a las empresas para evaluar y divulgar sus impactos en la biodiversidad. Según el World Economic Forum, solo el 5% de las empresas a nivel mundial han evaluado sus impactos en la naturaleza, y menos del 1% entiende sus dependencias.
La Meta 15 estipula que todas las grandes empresas deben realizar un seguimiento y divulgar de forma transparente sus riesgos y dependencias, evaluando los efectos de sus operaciones sobre la biodiversidad. Este esfuerzo requiere integrar indicadores sólidos de biodiversidad en sus mecanismos de gobernanza, al igual que sus objetivos financieros.
En conclusión, las empresas no son solo participantes, sino agentes clave en la transformación hacia una economía que respalde las metas del Marco Mundial de Biodiversidad. En los próximos años, deberán asumir con firmeza su responsabilidad: evaluar y divulgar sus impactos de manera transparente, reducir sus efectos negativos e impulsar inversiones que realmente promuevan la sostenibilidad.
Esta transición exige autenticidad y rigor, evitando el riesgo de “greenwashing”, donde muchas empresas que se presentan como sostenibles no cumplen ni siquiera con los mínimos estándares normativos. Solo aquellas empresas que tomen acción genuina y alineada con los más altos estándares podrán ser vistas como verdaderas aliadas en la misión de revertir la pérdida de biodiversidad para 2030 y más allá.
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